El peinado de Meg Rayan y una historia con lágrimas y final feliz.

A lo largo de nuestra vida viviremos experiencias que cambiarán nuestra manera de ver el mundo… Algunas incluso llegarán a transformar lo más profundo de nuestro ser.

La historia que te voy a contar es una de esas experiencias… La misma historia que dio origen a uno de nuestros principales mensajes: “𝗖𝗔𝗠𝗕𝗜𝗔 𝗧𝗨 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗘𝗡, 𝗧𝗥𝗔𝗡𝗦𝗙𝗢𝗥𝗠𝗔 𝗧𝗨 𝗩𝗜𝗗𝗔”

Ahora entenderás el 𝗣𝗢𝗥 𝗤𝗨É…

Hace unos años entró en nuestro salón una clienta a la que nunca habíamos visto… Venía sin cita previa y muy amablemente nos preguntó si la podíamos atender…

La señora no tenía más cincuenta años y sin embargo aparentaba muchos más….

Su cara reflejaba cierta tristeza… La misma tristeza que acaba marcando los rostros de quienes poco a poco van perdiendo la ilusión…

Cuando le preguntamos qué deseaba hacerse, nos respondió que realmente no sabía lo que quería… 𝙎𝙄𝙈𝙋𝙇𝙀𝙈𝙀𝙉𝙏𝙀 𝙉𝙀𝘾𝙀𝙎𝙄𝙏𝘼𝘽𝘼 𝙐𝙉 𝘾𝘼𝙈𝘽𝙄𝙊… 𝙉𝙀𝘾𝙀𝙎𝙄𝙏𝘼𝘽𝘼 𝙐𝙉 𝘾𝘼𝙈𝘽𝙄𝙊 𝙐𝙍𝙂𝙀𝙉𝙏𝙀 …Un cambio radical en el rumbo de su vida…

Nos dijo que, sin darse cuenta, se había vuelto más triste…Poco a poco, año tras año, se había ido apagando. Igual que una flor que se marchita lentamente.

Que había estado tanto tiempo centrada en su casa, en su familia, en su trabajo… Y que realmente se había olvidado de ella misma…

Al escucharla no pudimos evitar hacerle una propuesta:


𝙇𝙀 𝙃𝘼𝙍Í𝘼𝙈𝙊𝙎 𝙐𝙉 “𝘾𝘼𝙈𝘽𝙄𝙊 𝙏𝙊𝙏𝘼𝙇” 𝙀𝙉 𝙎𝙐 𝙀𝙎𝙏𝙄𝙇𝙄𝙎𝙈𝙊.

Con una sola condición:  No podría verse hasta haber finalizado totalmente el trabajo.

Tras girar el sillón para que no pudiera mirarse en el espejo, nos decidimos por un peinado de los años 90, el mismo que llevaba MEG RYAN en la película “Tienes un email”…

Tras unas horas, el trabajo ya estaba acabado. Solo nos quedaba girar nuevamente el sillón y desvelar la sorpresa…

Sin embargo, 𝗡𝗨𝗡𝗖𝗔 𝗛𝗨𝗕𝗜É𝗦𝗘𝗠𝗢𝗦 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗜𝗡𝗔𝗗𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗟𝗔 𝗦𝗢𝗥𝗣𝗥𝗘𝗦𝗔 𝗟𝗔 𝗟𝗟𝗘𝗩𝗔𝗥Í𝗔𝗠𝗢𝗦 𝗡𝗢𝗦𝗢𝗧𝗥𝗔𝗦…

La señora, al verse en el espejo, empezó a llorar… Y cuando digo llorar, me refiero a llorar de verdad…¡𝘾𝙊𝙈𝙀𝙉𝙕Ó 𝘼 𝙇𝙇𝙊𝙍𝘼𝙍 𝘼 𝙈𝙊𝘾𝙊 𝙏𝙀𝙉𝘿𝙄𝘿𝙊!

Los segundos parecían interminables en un salón que se había quedado totalmente en silencio… Yo estaba paralizada, con el corazón a punto de salirme del pecho, cuando de repente la señora se levantó y me abrazó con todas sus fuerzas…

Nos contó, entre sollozos, que le habíamos hecho el peinado que tenía cuando era muy joven… El peinado que llevaba cuando conoció a su marido…Nos contó lo enamorados que estaban…Lo buen marido que siempre había sido… Lo mucho que habían luchado…

Nos dijo que había sido el amor de su vida…¡Que seguía tan de enamorada de él como el primer día!

Aún me parece escuchar en mi mente cada una de sus palabras mientras contemplaba como la tristeza había desaparecido de su rostro…

Al día siguiente entró en nuestro salón un señor de mediana edad, con cara de buena persona. Se acerco a mí y me preguntó:

– ¿Tú eres Sandra, ¿verdad?


-𝙎Ó𝙇𝙊 𝙌𝙐𝙀𝙍Í𝘼 𝘿𝘼𝙍𝙏𝙀 𝙇𝘼𝙎 𝙂𝙍𝘼𝘾𝙄𝘼𝙎 𝙋𝙊𝙍 𝙇𝙊 𝙌𝙐𝙀 𝙇𝙀 𝙃𝘼𝙎 𝙃𝙀𝘾𝙃𝙊 𝘼 𝙈𝙄 𝙀𝙎𝙋𝙊𝙎𝘼.

¡Creo que estas son las cosas que realmente dan sentido a tu trabajo!

Por eso, cuidar tu imagen no es algo superficial, no es algo frívolo o vanidoso. Es algo totalmente necesario. Totalmente positivo…

Es algo que te hace bien a ti y que hace bien a quienes te rodean, a quienes te quieren.

Es algo que te mereces y que nadie te puede quitar….


¡𝗘𝗦 𝗔𝗟𝗚𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗧𝗘 𝗛𝗔𝗖𝗘 𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗥 𝗠𝗨𝗝𝗘𝗥!


𝗣.𝗗- 𝗡𝗢𝗦 𝗘𝗡𝗖𝗔𝗡𝗧𝗔 𝗛𝗔𝗖𝗘𝗥𝗧𝗘 𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗥 𝗠𝗨𝗝𝗘𝗥.


Deja una respuesta

Your email address will not be published.Required fields are marked *

*